Hoy la lluvia me ha empapado de pies a cabeza y aunque el frío me ha calado hasta los huesos habría estado bajo esa lluvia todo el día.
Cuando las gotas han empezado a mojarme me he sentido libre, feliz. No sé que tiene la lluvia pero consigue que sonría como si nada malo pasase a mi alrededor. Es cierto que suele ponerme melancólica pero supongo que todo depende, y os preguntaréis: ¿de que?, pues ¡del momento!
Cada momento es único, irrepetible, especial... Y por esa razón cada lluvia es diferente, porque el momento marca la diferencia. Y hoy, sin duda alguna, era el momento de sonreír.
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